Tengo un hijo de tres años (Martin) y tengo 39 semanas de embarazo. Martin ha pasado por algunos cambios bastante importantes desde el año pasado:
Fue testigo de gritos, insultos, amenazas y hasta agresiones físicas (de su padre hacia mí) lo que me llevó a pedirle a mi esposo que saliera de la casa.
Mi esposo se fue después de dos meses de depresión, llorando que quería quitarse la vida. Después de todo esto, apenas un mes después, el comportamiento de Martín cambió mucho (antes era un niño muy amable y obediente, tanto en casa como en la guardería, luego empezó a morderme, a patearme, a la ama y a sus compañeros).
Hace 8 meses estaba mucho mejor (en casa y en la guardería) y cometí el error de volver con mi esposo y tuve un embarazo inesperado. El conflicto resurgió hace 4 meses y hace 3 meses cambió de guardería porque íbamos a pasar por pueblo el próximo mes.
Hace un mes volví a echar a mi marido, porque no aguantaba más y quería terminar tranquilamente el último mes de embarazo. Además, discutir no le hace ningún bien a Martín (empieza a morderse las uñas, se vuelve más caprichoso, más desobediente, llora y grita por todo)…
Ayer en el parque me desmayé… porque no quería jugar con los otros niños, lo dejé sentarse en el columpio, y al rato lo encontré llorando mientras yo estaba en el columpio (él estaba llorando en silencio, es la primera vez que lo veo, y espero que sea la última).
Respuesta del pediatra
Me parece que Martin, usted y el padre de los niños necesitan ayuda, especialmente usted y su esposo. Cuantas veces hemos olvidado lo receptivos que son nuestros hijos, y el daño que podemos causarles sin siquiera saberlo.
Por supuesto, nuestros hijos no tienen que vivir en un ambiente utópico y falso de felicidad y amor, si no, pero los niños no deben ser testigos de la “desilusión” en forma de gritos, disputas y peleas. incluso agresión.
La forma en que los niños reaccionan ante estas situaciones es la más lógica del mundo. Algunas personas lo hacen, algunas personas lo hacen, pero difícilmente podemos encontrar algo más triste que ver sufrir a un niño.
Seguro que entiendes que debes consultar a un psiquiatra infantil, tanto el niño como tú, incluso tu marido, porque él ama a su hijo y sufre la actitud del niño, que es consecuencia de circunstancias familiares y recurrentes.
La edad de Martin está “en peligro” y, si no se aborda, podría afectar seriamente su futuro. Deje a un lado sus diferencias, ayude a su hijo y luego actúe de manera “civilizada” y reservada.