Si consideramos la definición de la palabra “padre”, imaginamos a una pareja amorosa que sostiene en sus brazos a su hijo a quien más desean que crezca sano. Sin embargo, algunos padres cometen errores que pueden afectar las emociones de sus hijos. Se les llama padres tóxicos.
Es difícil de creer, pero incluso los mejores padres del mundo cometen errores que conducen a serios problemas emocionales en sus hijos y, en última instancia, a padres tóxicos.
Este daño emocional y psicológico, que afecta severamente el desarrollo de un niño, puede deberse a una variedad de comportamientos parentales dañinos (desde la infancia hasta la madurez), como la incomprensión o la manipulación.
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Características de un padre tóxico
Los padres tóxicos usan a sus hijos para desviar los problemas, anteponen sus propios intereses a los de sus hijos y no se preocupan por la educación de sus hijos. Los padres tóxicos usan las críticas de manera destructiva y avergüenzan a sus hijos frente a los demás. Los padres tóxicos también son manipuladores que mienten para que sus hijos hagan lo que ellos quieren.
Estos padres tóxicos abusan de sus hijos física y psicológicamente, castigándolos indiscriminadamente y degradándolos. Usan el chantaje emocional, creando dependencia emocional, exceso emocional, pero también falta de emoción (se sabe que los padres tóxicos son padres ausentes).
Los padres tóxicos son exigentes y exigen más de sus hijos de lo que pueden dar. Son autoritarios y compiten con ellos. Hacen bromas sarcásticas, se presentan como víctimas frente a los demás, recurren a la resistencia, la desobediencia y, en ocasiones, incluso afirman que han sido abusadas por sus hijos.
Padres Tóxicos: Consecuencias y Soluciones
Los padres tóxicos tratan de asustar a sus hijos, provocándoles problemas de autoestima. Estos niños a menudo están asustados, deprimidos y tienen serios problemas de conducta. Como adultos, pueden carecer de confianza en sí mismos, cumplimiento, culpa y problemas emocionales con la incapacidad de comprometerse. También pueden repetir sus experiencias de la infancia con sus hijos.
Para terminar con la situación, el niño debe confrontar al padre tóxico, explicarle claramente qué salió mal en su relación, preguntarle por qué está con él y si hay alguna forma de solucionarlo. Desafortunadamente, es necesario esperar hasta que el niño sea un poco mayor. Si los padres no reconocen el problema, limite el contacto y abandone temporalmente esta relación tóxica.
Los niños no necesitan padres perfectos. Lo principal es que tengan el amor, la seguridad y los valores que necesitan. Si se reconoce en estas áreas, trate de cambiar su comportamiento por el bien de su hijo, incluso si eso significa obtener ayuda para convertirse gradualmente en padre y ayudar a su hijo a convertirse en un adulto saludable y pleno.