Te explicamos todas las pruebas que tu pediatra realizará a tu bebé en las primeras semanas de vida para asegurarse de que se está desarrollando correctamente tanto física como mentalmente.
Un pediatra es un médico que supervisa a su bebé desde el nacimiento hasta los primeros años de vida. Representa un número importante y es importante para detectar si tu bebé tiene algún problema, comprobar que su crecimiento está dentro del rango normal o decidir si consultar a un especialista.
Desde el primer día que nace un bebé, los padres tienen muchas preguntas. Cualquier síntoma, por trivial que sea, está relacionado con posibles problemas de salud. Sin embargo, no hay necesidad de entrar en pánico;Basta confiar en un pediatra que seguirá paso a paso las diferentes etapas del desarrollo de un niño y le explicará las causas y los síntomas típicos de las enfermedades que aparecen en los primeros años de vida.
Por lo tanto, el pediatra es responsable de monitorear el desarrollo del niño y, si es necesario, decide derivar al niño a un especialista. Esta característica de “detección” es muy importante porque alivia el estrés de los controles innecesarios tanto para los padres como para los niños.
Tabla de Contenidos
Visita al pediatra
Para hacer un seguimiento de la salud del bebé, se planifican una serie de visitas al pediatra durante el primer año de vida.
– Durante los primeros seis meses de vida, se recomiendan exámenes mensuales. Durante estas pruebas, los médicos controlan el peso y la altura, miden el perímetro cefálico, escuchan la frecuencia cardíaca, palpan el abdomen y verifican si se han alcanzado las etapas principales del desarrollo psicomotor (consulte el cuadro “Pruebas de crecimiento”).
– En el segundo semestre, es suficiente revisar cada dos meses, es decir, a los 6, 8, 10 y 12 meses.
– Las excepciones a este horario son los bebés prematuros y los niños con problemas de salud de cierta gravedad y duración, como infecciones recurrentes del tracto urinario, enfermedad por reflujo gastroesofágico, alergias alimentarias, infecciones recurrentes del oído o anemia. Se debe prestar más atención a los niños por la más mínima vulnerabilidad, y se debe llevar a los niños al médico todos los meses, así como el segundo trimestre.
– Pasados los dos primeros meses, el pediatra debe asegurarse de que la audición del niño sea correcta mediante datos y pruebas especiales proporcionadas por los padres. Estas observaciones suelen ser suficientes, aunque en algunos casos se debe buscar la intervención de un otorrinolaringólogo cuando el pediatra lo considere necesario.
– Todos los recién nacidos tienen el reflejo de Moro. En circunstancias normales, un ruido fuerte e inesperado debería asustar a un niño, por pequeño que sea. Los pediatras pueden realizar varias pruebas para verificar la presencia de este reflejo. Primero, puede sacudir la palma de la mano para ver si el niño se sobresalta. Luego, si es necesario, se pueden utilizar pruebas más complejas.
– Entre los 7 y los 10 meses, el test de Boel evalúa la coordinación entre las capacidades auditivas, visuales y motoras de los niños.
El papel del pediatra
Los pediatras son médicos que atienden a niños desde el nacimiento hasta la adolescencia. Es importante que los niños sean tratados por un médico a lo largo de su desarrollo para que su historial médico pueda ser seguido de manera completa y continua.
– Las funciones principales de un pediatra son las siguientes: asegurar las visitas, prescribir medicamentos, ordenar ciertas pruebas o consultas con especialistas y emitir los certificados exigidos por la ley.
– No existe un horario fijo para los exámenes pediátricos, pero deben realizarse periódicamente para monitorear el crecimiento del niño, evaluar la adecuación de su dieta e identificar cualquier anomalía o problema lo antes posible para que puedan ser atendidos de manera oportuna.
– Además de tratar enfermedades y trastornos, los pediatras también juegan un papel importante en la prevención de la salud. Según la Academia Estadounidense de Pediatría, los controles regulares, también conocidos como “control de la salud”, están estandarizados en todo el mundo.
Control de Crecimiento: Test muy útil
Durante los primeros seis meses de vida es importante llevar a tu hijo al pediatra por varias razones:
- Detectar posibles malformaciones congénitas no detectadas durante los exámenes prenatales o neonatológicos. Estos problemas pueden estar inicialmente ocultos, como malformaciones del tracto urinario, y luego manifestarse como infecciones causadas por la anomalía.
- Realice un seguimiento del crecimiento de su hijo y controle su dieta. En la mayoría de los casos, sin embargo, es más probable que la madre detecte los primeros signos de tales problemas.
- Verifique que el niño haya alcanzado las etapas principales del desarrollo psicomotor e identifique cualquier retraso o anomalía lo antes posible.
- Las vacunaciones regulares se controlan de acuerdo con un calendario de vacunación, ya que la mayoría de las vacunas se concentran en los primeros meses de vida de un niño.
Cuándo acudir a un especialista
Depende del pediatra decidir qué casos requieren una evaluación adicional.
Médico otorrinolaringólogo
Un pediatra puede pensar que es apropiado que un especialista evalúe la audición de su hijo, y el especialista prescribirá varias pruebas para encontrar cualquier deficiencia.
– Prueba de otoemisiones acústicas. Esta es una prueba simple para verificar la respuesta de la cóclea (la cavidad similar a un caracol dentro del oído). Para realizar esta prueba, el niño debe acostarse en un ambiente tranquilo y que se le transmita un leve sonido a través de unos pequeños audífonos conectados a la computadora.
– Si la prueba no da resultados tranquilizadores, se debe realizar una prueba de potenciales evocados auditivos en el tronco. Esta prueba más larga generalmente se realiza mientras el niño está dormido, con electrodos colocados en varios lugares de la cabeza del niño y los auriculares colocados en los oídos del niño. De esta forma, se registraron las respuestas del nervio auditivo ante estímulos sonoros de distintas intensidades.
Oftalmólogo
– Durante los tres primeros meses de vida, todo niño con antecedentes familiares de cataratas congénitas, glaucoma y enfermedades hereditarias de la retina debe consultar a un especialista. Estos consejos también se aplican a niños con problemas angustiosos en el momento del parto (p. ej., asfixia o trabajo de parto prolongado y difícil). También existe un cronograma de exámenes y pruebas específicas cuando los bebés prematuros salen de la clínica u hospital.
– Antes del año de edad, todos los niños con antecedentes familiares de neuropatía óptica hereditaria y defectos de refracción (como hipermetropía, miopía alta, ambliopía, etc.) deben ser examinados. Además, a esta edad, los oftalmólogos ya pueden realizar exámenes ortopédicos (en colaboración con los técnicos ortopédicos que estudian la movilidad ocular). Este control puede detectar posibles formas de estrabismo que comienzan a aparecer entre los 6 y 8 meses de edad.
Gastroenterólogo
Este especialista solo debe ser consultado cuando surjan preguntas específicas.
– Enfermedad de Hirschsprung. La enfermedad se caracteriza porque el tracto intestinal no permite el paso de las heces y evita que se vacíen normalmente. Si el gastroenterólogo sospecha la enfermedad, prescribirá un enema opaco, es decir, un enema hecho de material de contraste para rellenar el colon y una radiografía para comprobar su forma.
– Síndrome de malabsorción. Se manifiesta como retraso del crecimiento y se asocia con sospecha de intolerancia al gluten.
Los especialistas prescribirán pruebas específicas destinadas a realizar un diagnóstico certero y poder instaurar el tratamiento adecuado.
– Reflujo gastroesofágico. El especialista decidirá si el niño necesita un examen ‘especial’ supervisado por el especialista.
Alergista
La incidencia de alergias a menudo se exagera en estos días, aunque ciertamente es una enfermedad en crecimiento.
– Las alergias alimentarias se manifiestan con una serie de síntomas bien conocidos y fácilmente reconocibles: vómitos repetidos, diarrea profusa y sarpullido en todo el cuerpo.
– Las alergias respiratorias pueden manifestarse desde el primer año, pero los síntomas tienden a empeorar cuando el niño va a la guardería o al jardín de infancia, donde puede contraer una infección respiratoria. Los signos de alarma son: broncoespasmo frecuente (sibilancias, arcadas torácicas y sibilancias características al espirar);bronquitis recurrente;sibilancias cuando tiene un resfriado;y bronquitis asmática con infecciones de oído recurrentes.
– Solo en los casos anteriores el pediatra derivará al niño a un alergólogo. Es este especialista quien establecerá las pruebas necesarias para confirmar el diagnóstico de alergia.
Cirujano plástico
Los siguientes son los problemas más comunes que suelen requerir la intervención de un cirujano plástico.
– Displasia de cadera. Es un defecto congénito de la articulación entre la cabeza femoral y la cavidad pélvica que la contiene. Una maniobra de Ortolani-Barlow realizada inmediatamente después del nacimiento y una ecografía realizada en las primeras semanas de vida pueden diagnosticar este trastorno con total certeza. El cirujano plástico establecerá la terapia adecuada (mediante férula) y hará un seguimiento del resultado del tratamiento con controles y exploraciones específicas.
– Pie zambo (o inversión del metatarsiano). Este es el defecto de la puntera, que forma un ángulo en “L” con el eje del talón. Por lo general, se diagnostica durante el parto y se deriva de inmediato a un cirujano ortopédico, quien determina si es necesario un yeso en el pie o una prescripción de cordones ortopédicos correctivos.