Su hijo se mueve mucho y nunca parece cansarse. Salta, camina, hace ruidos, pasa de una actividad a otra, pero no tiene por qué terminar.Él no escuchará, y mucho menos tu reprensión. Le resulta difícil concentrarse en una actividad. Un pensamiento cruza tu mente: “¿Y si es hiperactivo?”. Antes de buscar asesoramiento profesional, es necesario localizar, está buscando información relevante sobre la causa y el tratamiento. Eso es todo.
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¿Cómo reconocer a un niño hiperactivo?
En primer lugar, es importante proporcionar contexto. El término hiperactividad hace referencia a niños con trastornos de conducta que les impiden mantener la calma. El estereotipo es un niño pequeño, aunque todavía hay niñas afectadas por este morbo.
Ojo con la palabra hiperactiva, porque se usa para todo y a veces no tiene ningún sentido.
La hiperactividad de los niños no perjudica en modo alguno su inteligencia, pero sí su capacidad para permanecer quietos. El ejemplo clásico es un niño de 3 años que no puede quedarse quieto en la guardería: no escucha y no puede sentarse más de un cuarto de hora. Un niño hiperactivo también presenta falta de concentración al realizar las tareas o gestos que está realizando.
Un niño hiperactivo tiene dificultades para concentrarse en lo que dice la otra persona. Por ejemplo, no podía quedarse quieto en la fila esperando su turno. Si está jugando con otros niños, siempre quiere priorizar porque no puede esperar. Su capacidad para jugar juegos que consumen mucho tiempo se ve desafiada porque quiere saltar rápidamente a otro juego. Obviamente, es un niño que se aburre fácilmente.
Las dificultades de aprendizaje son una de las características de los niños hiperactivos. Aunque no son más inteligentes que los demás, sus calificaciones en la escuela son mediocres. Los problemas para memorizar lecciones, escribir o dibujar son comunes.
Un niño hiperactivo no se toma el tiempo de predecir las consecuencias de sus actos. Es impulsivo, a menudo usa los pies y las manos, y rara vez se queda quieto.
El diagnóstico a veces es difícil entre los 3 y 4 años porque muchos niños desarrollan estos signos sin ser hiperactivos. La presencia de todos estos signos en un niño mayor de 4 años hace sospechar de TDAH. Un niño rebelde y caprichoso no es necesariamente hiperactivo y siempre se puede corregir. Tenga cuidado aquí nuevamente de no poner todo en la bolsa hiperactiva muy funcional.
Principales síntomas del TDAH en niños por edad
Niños de 0 a 2 años. El TDAH se manifiesta como alteraciones del ritmo del sueño y de las comidas. El bebé o niño saltará mientras duerme, lo que lo despertará y rechazará toda atención. Estos niños son muy irritables.
Niños de 2 a 3 años. El TDAH en los niños a esta edad se manifiesta por dificultad para expresarse y actividad motora excesiva. Debido a sus movimientos temerarios, estos niños son propensos a sufrir accidentes (caídas, dislocaciones, etc.).
Niños de 4 a 5 años. Los niños hiperactivos de 4 a 5 años tienen déficits sociales que les impiden adaptarse a las normas sociales. La desobediencia y la indisciplina son las principales características.
Niños de 6 años en adelante. Son impulsivos, desatentos, tienen bajo rendimiento académico y comportamiento antisocial.
Niños hiperactivos: ¿de dónde viene la hiperactividad?
Los orígenes del TDAH siguen siendo un misterio sin resolver. Sin embargo, este es un problema de salud que se observa cada vez más en los niños. Los expertos creen que se debe atribuir el retraso en el desarrollo del cerebro, pero hasta el momento no se han proporcionado pruebas.
Otros autores apuntan a la genética. Según ellos, estos genes harán que el niño haga ejercicio en exceso.
Una tercera entidad apunta a cambios anatómicos en el cerebro como responsables. Las técnicas actuales utilizadas para detectar la enfermedad no pueden detectar este daño.
En general, los expertos están de acuerdo en que una variedad de factores están en juego y desencadenan el TDAH en los niños al mismo tiempo.
¿Cómo tratar a los niños hiperactivos?
El manejo de niños con hiperactividad implica tres tipos de atención: farmacología (es decir, medicación), psicología y educación.
1/ Educación. El tratamiento en esta área se basa en premios y castigos, así como en establecer una comunicación verbal con el niño. Al hablar con él, tratamos de cambiar su comportamiento. Este es un componente que es relevante para padres y maestros si el niño ya está en la escuela.
2/ Psicoterapia. Este componente está dirigido principalmente a los padres, ya que la estabilidad del entorno familiar es muy importante. En casa, debemos dejar reglas claras e informar a nuestros hijos. Un psicoterapeuta puede intervenir para mejorar la capacidad del niño para integrarse en el entorno familiar y escolar. Luego ayuda al niño a cambiar su comportamiento en consecuencia.
3/Farmacología. Los medicamentos ayudan a completar los dos primeros componentes. Sin embargo, deben usarse con moderación y siguen siendo el último recurso.
Niños hiperactivos: consejos para padres
Cuando tienes un niño hiperactivo, las condiciones ambientales son una prioridad. Esto afectará el desempeño de su hijo. Por lo tanto, se deben considerar los siguientes puntos:
– Los padres y los educadores deben poder trabajar bien juntos (incluidos otros profesionales de la salud como psicólogos, logopedas o médicos de familia, etc.).
– Debe conocer el comportamiento apropiado para la edad de su hijo. De lo contrario, no podrá saber si hay una excepción. Tampoco puedes esperar que tenga una actitud adulta.
– si haces reglas en casa, debes dejarlas claras;De esta manera, su hijo sabrá exactamente lo que quiere que haga.
– Tenga cuidado de no ser provocado hasta el punto de perder los estribos, incluso si las cosas salen mal y su hijo hace algo inaceptable. La calma es más apropiada.
– Si debe castigar a su hijo, hágalo por un tiempo limitado. El castigo por mucho tiempo no corregirá a su hijo, solo lo pondrá ansioso.
– Establecer metas razonables. Es más divertido evaluar el progreso de su hijo paso a paso.
– Establezca una rutina para su hijo, incluidas las horas de comida y de sueño.
– Reconozca el comportamiento positivo de su hijo y premie su éxito. Como padres, tendemos a estar más inclinados a hablar sobre el comportamiento negativo de nuestros hijos. Elogiar el comportamiento positivo de su hijo lo ayudará a moverse en la dirección correcta.
– Si su hijo tiene hermanos, es posible que se sienta culpable por descuidar a otros niños. Crea momentos exclusivos de calidad para otros hermanos.
– Depende de usted aprender a controlar el comportamiento de su hijo. Si sientes que no puedes controlar la situación, no dudes en tomar una clase o taller de estrategias educativas. Usted también puede mejorar pasando el rato con familias que tienen el mismo problema.
TDAH, pantallas y videojuegos
Está claro que los videojuegos no mejorarán el TDAH ya que los videojuegos son muy adictivos. La adicción a estos juegos puede incluso conducir a un estado de hiperactividad, aunque nadie ha demostrado claramente que la práctica de videojuegos sea la causa del trastorno.
Además, inherentemente, los videojuegos de hoy en día requieren visión lateral, comprensión y reflejos, y no desarrollan la capacidad de concentración que va de la mano con un estado de calma.
Incluso antes de cuestionar los videojuegos, tenga en cuenta que las pantallas y su parpadeo pueden crear un estado de excitación permanente en los niños pequeños, y no en vano ahora recomendamos a los niños que no toquen ninguna pantalla. Los niños menores de 3 años y los niños menores de 6 años son mayores, por lo que es necesario dominar el “consumo” hasta los 14-15 años.
Si su hijo pasa mucho tiempo frente a pantallas y videojuegos, intente eliminarlo al menos parcialmente de su vida antes de que le diagnostiquen TDAH.