Episiotomía

Una episiotomía es una intervención realizada durante el trabajo de parto que consiste en una pequeña incisión en el perineo para ensanchar el espacio de salida del bebé y facilitar el nacimiento del niño.

La episiotomía es uno de los procedimientos quirúrgicos más comunes durante el parto, aunque no debe verse como una práctica sistémica, sino como una medida a realizar sólo cuando sea realmente necesaria, ya que no siempre está exenta de consecuencias negativas. Después de la cirugía, muchas mujeres experimentan dolor genital, pero también tienen dificultad para volver a tener relaciones sexuales.

Episiotomía: ¿Cuándo es necesaria?

En algunos casos, la episiotomía es absolutamente necesaria para completar la expulsión lo más rápido posible:

1/ Si en el momento de la expulsión casi completa, los latidos del corazón del feto se ralentizan pero no muestran signos de volver a la normalidad (esto puede significar que la vulva está ejerciendo demasiada presión sobre la cabeza del niño). En este caso, es necesario intervenir para acelerar el desalojo.

2/ Cuando se requiere un parto instrumental, es decir, fórceps o ventosas, se requiere algo de espacio.

3/ Si el niño es alto.

4/ Si el niño nace prematuro o muy pequeño. En este caso, la episiotomía le permitió evitar el sobreesfuerzo y el agotamiento durante el paso por la estenosis perineal.

Episiotomía: ventajas y desventajas

Además de facilitar la salida del niño, una episiotomía evita:

– Desgarros o lesiones vaginales y perineales.

– Problemas de incontinencia urinaria o fecal por excesiva inflamación de los tejidos.

– Prolapso genital (también llamado descenso de órganos o descenso uterino).

Sin embargo, estudios recientes tienden a cuestionar la verdadera eficacia de la episiotomía para prevenir afecciones como la incontinencia y el prolapso genital.

En algunos casos, la episiotomía también puede tener ciertas desventajas, según el lugar donde se realice la incisión:

– Si una mujer experimenta un dolor muy intenso y reaparece el empuje del trabajo de parto, es posible que se haya formado un hematoma. En este caso, el hematoma debe eliminarse de inmediato.

– Si el dolor no desaparece después de retirar los puntos, sino que tiende a agravarse, y la mujer tiene una fuerte sensación de ardor al orinar, significa que los puntos están infectados. En este caso, deberá esterilizarlo y darle el tratamiento específico prescrito por el médico.

Episiotomía: ¿Cuándo y cómo?

Cuando la cabeza del niño comience a emerger y apriete el borde vaginal, expándalo a 4-5 cm de diámetro, y el ginecólogo y la partera evaluarán si la vulva puede expandirse más para permitir el paso de la vagina. cabeza pequeña. Si creen que este no es el caso, se les realizará una episiotomía.

La incisión se realiza durante las contracciones, después de aplicar anestesia local y utilizar unas tijeras sin filo. Una episiotomía es prácticamente indolora y no conlleva ningún riesgo para el niño si es realizada por manos de un experto en el momento adecuado.

Por otro lado, las suturas deben hacerse después del parto (expulsión de la placenta) cuando el útero comienza a perder menos sangre. Para que el tejido cicatrice lo mejor posible, los bordes de la herida deben unirse perfectamente, comenzando por la capa interna y terminando en la piel.

Esta es una operación que debe hacerse con mucho cuidado o pueden presentarse complicaciones como hematomas o molestias.